Estoy aburrida. Quiero hacer algo nuevo.
Entre mis miles de pensamientos, rondaba uno constante: aprender algo nuevo con mi cuerpo. Porque yo corro. No siempre, pero corro unas 4 veces a la semana. Corro con mi perro, que se la pasa jalándome todo el tiempo; corro con un equipo, corro para llegar temprano y muchas veces corro sola. Pero este pensamiento iba más allá: quería mover mi cuerpo de otras maneras, descubrir lugares nuevos, cambiar horarios, planear distinto… darle a mi cuerpo nuevas sensaciones.
Tenía tres opciones en mente:nadar 🌊, patineta 🛹 o hacer malabares 🤹♀️ Al pensar en nadar, mi cabeza ya estaba agotada solo de imaginarlo: mochila, toalla, traje de baño, cambio de ropa, goggles, gorra… ¡mucho, mucho desmadre! Eso no es para mí. Soy más de ponerme los tenis y salir a correr o tomar la bici y rodar.
Así que fui a correr con el equipo de Stop Excuses a Mompani. Mientras trotábamos, le conté mis planes a Andy, mi amiga y entrenadora. Después de varios kilómetros y una buena plática, llegamos a la conclusión de que debía enfrentar eso que me molestaba. ¿Y qué era eso? ¡Nadar! Me gustó la idea, seguimos corriendo y, casi al final del entrenamiento, Andy me dijo: “Pues vente a aguas abiertas”.
En mi cabeza sonó un gran “¡Espera! Yo hablaba de ir a una alberca climatizada, con baños, agua limpia y cerquita de mi casa…”. Pero, como siempre me pasa cuando voy corriendo y me siento cansada pero bien, mi mente descarta rápido esos pensamientos de comodidad y seguridad. En vez de eso, me dije: “Haz con lo que tienes”.
Así que le respondí a Andy: “Ok, lo voy a pensar”. (Aunque, siendo sincera, ya sabía que iba a ser un “sí”).
Y aquí estoy, preparándome para nadar en aguas abiertas. Serán 3 prácticas, empezando el 26 de enero.
Nos vemos pronto 🙂
Si te quieres unir eres bienvenido.
Abrazos
Adri.
0 Comentarios